La higiene es una herramienta fundamental para proteger nuestra salud y prevenir enfermedades. Lavarse las manos de manera correcta, mantener limpios los espacios donde vivimos y trabajamos, y seguir prácticas básicas de saneamiento son acciones que reducen significativamente el riesgo de contagios y promueven el bienestar de nuestra comunidad.
Cuidarnos es responsabilidad de todas y todos, y cada pequeño hábito de higiene contribuye a fortalecer la salud colectiva y a construir entornos más seguros y saludables.